Luis Rodas

viernes, 23 de diciembre de 2016

Diciembre 23 - Celebrando a Jesús




Y PENSAR QUE A VECES NOS CUESTA RECONOCER QUE NECESITAMOS AYUDA



"Después que partieron ellos,

he aquí un ángel del Señor

apareció en sueños a José y dijo:

Levántate y toma al niño y a su madre,

y huye a Egipto,

y permanece allá hasta que yo te diga;

porque acontecerá que Herodes

buscará al niño para matarlo.

Y él, despertando,

tomó de noche al niño y a su madre,

y se fue a Egipto"

(Mateo 2:13,14)


Un ángel nuevamente se le aparece en sueños a José y es avisado para evitar que Herodes mate a Jesús.


¡Que paradoja y que humillación!.

El "Señor de señores y Rey de reyes" (Apocalipsis 17:14) que todos los ángeles adoran (Hebreos 1:6), Aquel que "sustenta todas las cosas con la palabra de su poder" (Hebreos 1:3) y "todo fue creado por medio de EL y para EL" (Colosenses 1:16), en quien "habita toda la plenitud de la deidad" (Colosenses 1:19) y es "el Todopoderoso" (Apocalipsis 1:8); ni más ni menos que EL, decide "despojarse a sí mismo" (Filipenses 2:7) y "hacerse semejante a los hombres" (Filipenses 2:7) "participando de carne y sangre" (Hebreos 2:14).

Así se humilló a tal grado, que el Supremo Salvador se transforma en un indefenso niño que debe ser salvado por sus padres.


¿Puedes imaginar semejante humillación?

El Salmo 113:6 enseña que para Dios, en su condición gloriosa y santa, ya es una humillación "mirar en el cielo y en la tierra".

Míralo a Jesús estando entre nosotros necesitado de la ayuda de sus padres.


El Dios que supera el más alto pensamiento que podamos tener (Salmo 139:14), no por necesitar de algo, sino por Su mera voluntad, se humilla hasta lo sumo entre nosotros y es salvado por José de la ira de un gobernante impío.


Y pensar que a veces a nosotros nos cuesta reconocer que necesitamos ayuda de otros hermanos...



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